Albert Bunjaku no es uno de esos jugadores conocidos por todos los aficionados al fútbol europeo, pero el internacional suizo ha dejado algo más que su huella en la temporada en curso de la Bundesliga alemana. Si bien es cierto que este oriundo de Gnjilane (Kosovo) se halla en medio de la lucha por evitar el descenso de su club, el Núremberg, su rendimiento personal está siendo fuera de serie.

El delantero ha anotado 11 goles en 20 partidos con su equipo, que suponen la mitad de la cuenta goleadora total del 15º ocupante de la clasificación. ¿Pero cómo se ha producido este estallido de forma en el ariete de 26 años que hasta hace poco jugaba en la segunda y la tercera división de Alemania?
"No se explica muy bien; ha sido un poco como un sueño. Sólo puedo decir que cada día procuro darlo todo, también en los entrenamientos. La forma y la salud son el alfa y el omega de cualquier jugador", comenta Bunjaku en su entrevista en exclusiva para FIFA.com.

Jugador de equipo
En contraste con su abundante cosecha de goles, que están resultando vitales para el club recién ascendido a primera, no figuran asistencias en su haber, lo que podría hacer sospechar que estamos tratando con un delantero muy egoísta. Pero esa impresión enseguida se desvanece en nuestra conversación con el artillero.
"Es igual quién de nosotros sea el que hace los goles. Ya llegará la hora en la que yo también sirva alguno. Y yo sé que ha habido ocasiones en las que habría sido mejor que hubiera pasado el balón en lugar de tratar de meterlo yo mismo", confesó el delantero en un ejercicio de autocrítica.
Bunjaku sigue manteniendo los pies en el suelo; es algo que se palpa enseguida conversando con el atacante de 1,79 metros de estatura. Acaso se deba a que el Núremberg aún tiene mucho camino por recorrer hasta llegar a la orilla de la salvación. Porque, ¿cómo lidia un futbolista profesional con la enorme presión de pensar que la lucha por la permanencia en primera división depende en gran medida de él?

Fe en la salvación
"Creo que soy un tipo que no se deja abrumar por las circunstancias. Hay que saber desconectar regularmente para poder concentrarse bien en el propio trabajo. En eso me ayuda naturalmente mi familia, pero también la gente del club", nos cuenta Bunjaku en referencia a su situación emocional en la precaria situación que vive el Núremberg.
Los francos tienen tan sólo un punto de ventaja sobre el equipo más elevado de la zona de descenso. Sin embargo, el pasado fin de semana registraron una victoria tan sorprendente como importante (3-2) sobre el hasta entonces imbatido Bayer Leverkusen (3º).
"Por ahora nos estamos manteniendo muy compactos: atrás ya no se dejan pasar tantos balones, y en la segunda vuelta del campeonato sólo jugamos mal uno de los tiempos del partido que perdimos por 2-1 en Mönchengladbach. Si ahora afinamos un poco mejor la puntería arriba, recabaremos los puntos necesarios para salvarnos", asegura el suizo.

Hitzfeld hace temblar a Bunjaku
Al seleccionador nacional de Suiza, Ottmar Hitzfeld, tampoco se le ocultan las grandes actuaciones que está realizando Bunjaku en una de las mejores ligas de Europa. Tanto es así, que en noviembre del año pasado el romperredes recibió una llamada del veterano estratega.
"A decir verdad, nuestro entrenador de entonces, Michael Oenning, ya me había avisado de que me iban a llamar. Pero a pesar de todo, en el momento en que el Sr. Hitzfeld me telefoneó, me puse a temblar un poco", recuerda el delantero en su charla con FIFA.com.

Pocos días después, celebró su debut con la camiseta de su país en un amistoso contra Noruega disputado el 14 de noviembre de 2009 que acabó con derrota suiza por 0-1. "Fue una sensación magnífica. Pero es un sentimiento que también me viene con el desafío de demostrar la propia valía en el entrenamiento diario y en los partidos de liga los fines de semana", agrega Bunjaku.
 
Gran competencia en la selección
Seguramente ese sentimiento volverá a visitar muy pronto a este suizo de raíces albanas. Si sigue ofreciendo argumentos tan convincentes en la Bundesliga, a Hitzfeld le resultará difícil no incluir al dos veces internacional en su lista de nominados para la Copa Mundial de la FIFA 2010.
Pero en la Nati compite nada menos que con Blaise Nkufo (Twente Enschede), Alexander Frei y Marco Streller (ambos jugadores del Basilea), y Eren Derdiyok (Bayer Leverkusen). ¿Tiene la selección helvética un problema de lujo?
Bunjaku cree que no. "Cuando hay tantos buenos delanteros, no se pueda hablar de un problema. Hay muchos jóvenes jugadores que elevan el nivel. Y es un incentivo añadido para querer sacar más de uno mismo", aclara inequívocamente el delantero del Núremberg. "Ahora yo sólo pienso en mi club. Tenemos aquí un gran objetivo: el mantenimiento de la categoría. Eso es lo que importa ahora. De todo lo demás me ocuparé cuando llegue el momento", agrega.

Los octavos de final como meta mundialista
Pero aunque esté enfrascado en las vicisitudes de su club y en su propio desempeño en la división de honor alemana, el suizo ya se ha hecho un dibujo de la liguilla de grupos que espera a los helvéticos en la cita global africana.
"Todos los equipos que acuden a un Mundial, quieren quedarse allí el mayor tiempo posible. Eso también vale para Honduras y Chile. Quien se ha clasificado para Sudáfrica tiene la aspiración de superar la primera ronda. Ojalá que seamos nosotros quienes consigamos una de las dos plazas reservadas para octavos de final. Y naturalmente tendría que pasar algo muy extraño para que los españoles cayeran eliminados precisamente en la liguilla", opina Bunjaku, deseoso de seguir luciéndose en la Bundesliga para embarcarse en el avión que transportará a la selección helvética a la Copa Mundial de la FIFA 2010.